Acechando mientras la quimera se enfrenta a un grupo de orcos, el grupo acaba rĆ”pidamente con ella. Solo un orco sobrevive al enfrentamiento, dice llamarse Fagurth. Comenta que han huido de las montaƱas donde los buscaba la guardia. han decidido establecerse en los pantanos donde no suele pasar nadie pero ahora que han matado a la crĆa de la quimera, tendrĆ”n que emigrar de nuevo. Dejando libre al pobre Fagurth, siguen buscando el palacio del rey, en cuyos sĆ³tanos se encuentran el cuartel de los mil valientes. Un par de horas despues llegan a las ruinas del palacio. La quimera anida en una de sus torres, pero aprovechando que la zona se encuentra inundada, buceando se internan en el interior. Tras una rĆ”pida inspecciĆ³n descubren la entrada al cuartel de los mil valientes, en los sĆ³tanos del palacio. Deambulando por los inundados corredores repletos de trampas, se enfrentan a limos Ć”cidos y espectros, pero logran al fin su objetivo. Un par de lanzas exterminadoras de los mil valientes se encuentra en su poder.
De vuelta de los pantanos de nuevo en Paja y Heno, conocen a un extraƱo individuo que trata de contratarles, confundiĆ©ndoles con miembros del gremio, para cazar a unos hombres lobo en las montaƱas del sur. Aunque se desvĆa un poco de su camino de vuelta a la ciudad, deciden acompaƱar al extraƱo individuo llamado Pealle. Ya en las montaƱas tras seguir los rastros de los lobos, rescatan de una peƱa a un bandido que ha sido atacado por la manada. SegĆŗn les cuenta el bandido llamado Norik, los lobos son extremadamente inteligentes y parecen no temer al fuego. AdemĆ”s parecen estar comandados por un gigantesco wargo. El cubil de los lobos se encuentra en una amplia cueva tras un estrecho desfiladero. Desafortunadamente cuando descubren al wargo Pealle, que en realidad es un doppleganger que trata de hacerse pasar por los cazadores, los deja a oscuras y alerta la bestia de su presencia. Aun teniĆ©ndolo todo en contra, los aventureros logran acabar con Pealle y huir de la cueva de los lobos sin que caiga ninguno de ellos. Al dia siguiente por fin llegan a El Bronze y tras entregar una de las lanzas, acceden al Sotano, donde se convierten en verdaderos miembros del Gremio de Cazadores.
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